Practicando portugués con la Caperucita Roja

Hoy es el día mundial del cuento infantil y es por eso que decidimos compartir contigo un clásico, la caperucita roja en portugués, para realziar nuestra practica del día.

Caperucita roja, cuento infantil en portugués

Caperucita roja

Chapeuzinho Vermelho Caperucita Roja
Houve, uma vez uma graciosa menina; quem a via ficava logo gostando dela, assim como ela gostava de todos; particularmente, amava a avozinha, que não sabia o que dar e o que fazer pela netinha. Certa vez, presenteou-a com um chapeuzinho de veludo vermelho e, porque lhe ficava muito bem, a menina não mais quis usar outro e acabou ficando com o apelido de Chapeuzinho Vermelho. Um dia, a mãe chamou-a e disse-lhe: Hubo, una vez una graciosa niña; quien la veía pronto disfrutando de ella, al igual que le gustaba a todos; en particular, amaba a la abuela, que no sabía qué dar y qué hacer por la nieta. Una vez, la regaló con un sombrero de terciopelo rojo y, porque le quedaba muy bien, la niña ya no quería usar otro y acabó quedándose con el apodo de Caperucita Roja. Un día, la madre la llamó y le dijo:
– Vem cá, Chapeuzinho Vermelho; aqui tens um pedaço de bolo e uma garrafa de vinho; leva tudo para a vovó; ela está doente e fraca e com isso se restabelecerá. Põe-te a caminho antes que o sol esquente muito e, quando fores, comporta-te direito; não saias do caminho, senão cais e quebras a garrafa e a vovó ficará sem nada. Quando entrares em seu quarto, não esqueças de dizer “bom-dia, vovó,” ao invés de mexericar pelos cantos. – Viene aquí, Caperucita Roja; aquí tienes un pedazo de pastel y una botella de vino; lo lleva todo a la abuela; ella está enferma y débil y con eso se restablecerá. Te pondrás en camino antes de que el sol se calienta mucho y, cuando seas, te comporta de
– Farei tudo direitinho, – disse Chapeuzinho Vermelho à mãe, e despediu-se. – Lo haré todo, – dijo Caperucita Roja a la madre, y se despidió.
A avó morava à beira da floresta, a uma meia hora mais ou menos de caminho da aldeia. Quando Chapeuzinho Vermelho chegou à floresta, encontrou o lobo; não sabendo, porém, que animal perverso era ele, não sentiu medo. La abuela vivía al borde del bosque, a una media hora más o menos de camino de la aldea. Cuando Caperucita Roja llegó al bosque, encontró al lobo; no sabiendo, sin embargo, que animal perverso era él, no sintió miedo.
– Bom dia, Chapeuzinho Vermelho, – disse o lobo todo dengoso.  Buenos días, Caperucita Roja, – dijo el lobo todo dengue.
– Muito obrigada, lobo. – Muchas gracias, lobo.
– Aonde vais, assim tão cedo, Chapeuzinho Vermelho? – ¿Adónde vas, tan pronto, Caperucita Roja?
– Vou à casa da vovó. Voy a la casa de la abuela.
– E que levas aí nesse cestinho? ¿Y qué llevas ahí en ese cesto?
– Levo bolo e vinho. Assamos o bolo ontem, assim a vovó, que está adoentada e muito fraca, ficará contente, tendo com que se fortificar. – Llevo pastel y vino. Asamos el pastel ayer, así la abuela, que está enferma y muy débil, quedará contenta, teniendo que fortificarse.
– Onde mora tua vovó, Chapeuzinho Vermelho? – ¿Dónde vive tu abuela, Caperucita Roja?
– Mora a um bom quarto de hora daqui, na floresta, debaixo de três grandes carvalhos; a casa está cercada de nogueiras, acho que o sabes, – disse Chapeuzinho Vermelho. – A un buen cuarto de hora de aquí, en el bosque, debajo de tres grandes robles; la casa está rodeada de nogales, creo que lo sabes, – dijo Caperucita Roja.
Enquanto isso, o lobo ia pensando: “Esta meninazinha delicada é um quitute delicioso, certamente mais apetitosa que a avó; devo agir com esperteza para pegar as duas.” Andou um trecho de caminho ao lado de Chapeuzinho Vermelho e foi insinuando: Mientras tanto, el lobo iba pensando: “Esta niña delicada es un quitute delicioso, ciertamente más apetitosa que la abuela, debo actuar con astucia para coger las dos.” Andó un trecho de camino al lado de Caperucita Roja y fue insinuando:
– Olha, Chapeuzinho Vermelho, que lindas flores! Por quê não olhas ao redor de ti? Creio que nem sequer ouves o canto mavioso dos pássaros! Andas tão ensimesmada como se fosses para a escola, ao passo que é tão divertido tudo aqui na floresta! – ¡Mira, Caperucita roja, que hermosas flores! ¿Por qué no miras alrededor de ti? ¡Creo que ni siquiera oye el canto mañoso de los pájaros! ¡Andas tan ensimismada como si fueras a la escuela, mientras que es tan divertido todo aquí en el bosque!
Chapeuzinho Vermelho ergueu os olhos e, quando viu os raios do sol dançando por entre as árvores, e à sua volta a grande quantidade de lindas flores, pensou: “Se levar para a vovó um buquê viçoso, ela certamente ficará contente; é tão cedo ainda que chegarei bem a tempo.” Saiu da estrada e penetrou na floresta em busca de flores. Tendo apanhado uma, achava que mais adiante encontraria outra mais bela e, assim, ia avançando e aprofundando-se cada vez mais pela floresta a dentro. Caperucita roja levantó los ojos y, cuando vio los rayos del sol bailando entre los árboles, y a su alrededor la gran cantidad de hermosas flores, pensó: “Si llevas a la abuela un ramo de vino, seguramente quedará contento, es tan pronto aunque llegue bien a tiempo. Salió del camino y penetró en el bosque en busca de flores. Al haber cogido una, creía que más adelante encontraría otra más bella y, así, iba avanzando y profundizándose cada vez más por el bosque a dentro.
Enquanto isso, o lobo foi correndo à casa da vovó e bateu na porta. Mientras tanto, el lobo fue corriendo a la casa de la abuela y golpeó la puerta.
– Quem está batendo? – perguntou a avó. ¿Quién está golpeando? – preguntó la abuela.
– Sou eu, Chapeuzinho Vermelho, trago vinho e bolo, abre-me. – Soy yo, Caperucita roja, traigo vino y pastel, abreme.
– Levanta a taramela, – disse-lhe a avó; – estou muito fraca e não posso levantar-me da cama. – Levanta la taramela, – le dijo la abuela; – estoy muy débil y no puedo levantarme de la cama.
O lobo levantou a taramela, a porta escancarou-se e, sem dizer palavra, precipitou-se para a cama da avozinha e engoliu-a. Depois, vestiu a roupa e a touca dela; deitou-se na cama e fechou o cortinado. El lobo levantó la taramela, la puerta se abrió y, sin decir palabra, se precipitó a la cama de la abuela y se la tragó. Después, vistió la ropa y la toca de ella; se acostó en la cama y cerró el cortina.
Entretanto, Chapeuzinho Vermelho ficara correndo de um lado para outro a colher flores. Tendo colhido tantas que quase não podia carregar, lembrou-se da avó e foi correndo para a casa dela. Lá chegando, admirou-se de estar a porta escancarada; entrou e na sala teve uma impressão tão esquisita que pensou: “Oh, meu Deus, que medo tenho hoje! Das outras vezes, sentia-me tão bem aqui com a vovó!” Então disse alto: Sin embargo, Caperucita Roja quedaba corriendo de un lado a otro a cosechar flores. Habiendo recogido tantas que casi no podía cargar, se acordó de la abuela y se fue corriendo a su casa. Al llegar, se sorprendió de estar la puerta abierta; entró y en la sala tuvo una impresión tan extraña que pensó: “¡Oh Dios mío, qué miedo tengo hoy, de las otras veces, me sentía tan bien aquí con la abuela!” Entonces dijo alto:
– Bom dia, vovó! – mas ninguém respondeu. – Buenos días, abuela! – pero nadie respondió.
Acercou-se da cama e abriu o cortinado: a vovó estava deitada, com a touca caida no rosto e tinha um aspecto muito esquisito. Se acurrucó de la cama y abrió el cortina: la abuela estaba acostada, con el gorro caído en la cara y tenía un aspecto muy raro.
– Oh, vovó, que orelhas tão grandes tens! – ¡Oh, abuela, qué orejas tan grandes tienes!
– São para melhor te ouvir. Son para mejor oírte.
– Oh, vovó, que olhos tão grandes tens – Oh, abuela, qué ojos tan grandes tienes
– São para melhor te ver. Son para mejor verte.
– Oh, vovó, que mãos enormes tens! – ¡Oh, abuela, qué manos enormes tienes!
– São para melhor te agarrar. Son para mejor agarrarte.
– Mas vovó, que boca medonha tens! – ¡Pero abuela, qué boca horrible tienes!
– É para melhor te devorar. Es para mejor devorarte.
Dizendo isso, o lobo pulou da cama e engoliu a pobre Chapeuzinho Vermelho. Diciendo esto, el lobo saltó de la cama y tragó la pobre Caperucita Roja.
Tendo assim satisfeito o apetite, voltou para a cama, ferrou no sono e começou a roncar sonoramente. Justamente, nesse momento, ia passando em frente à casa o caçador, que ouvindo aquele ronco, pensou: Teniendo así satisfecho el apetito, volvió a la cama, hirió en el sueño y comenzó a roncar sonoramente. Justamente, en ese momento, iba pasando frente a la casa el cazador, que oyendo aquel ronquido, pensó:
“Como ronca a velha Senhora! É melhor dar uma olhadela a ver se está se sentindo mal.” ¡Cómo ronca la vieja Señora! Es mejor echar un vistazo a ver si se está sintiendo mal.
Entrou no quarto e aproximou-se da cama; ao ver o lobo, disse: Entró en la habitación y se acercó a la cama; al ver al lobo, dijo:
– Eis-te aqui, velho impenitente! Há muito tempo, venho-te procurando! -¡He aquí, viejo impenitente! Hace mucho tiempo, te vengo buscando!
Quis dar-lhe um tiro, mas lembrou-se de que o lobo poderia ter comido a avó e que talvez ainda fosse possível salvá-la; então pegou uma tesoura e pôs-se a cortar- lhe a barriga, cuidadosamente, enquanto ele dormia. Após o segundo corte, viu brilhar o chapeuzinho vermelho e, após mais outros cortes, a menina pulou para fora, gritando: Quisiera darle un tiro, pero se acordó de que el lobo podría haber comido a la abuela y que tal vez aún fuera posible salvarla; entonces tomó una tijera y se puso a cortarle la barriga, cuidadosamente, mientras dormía. Después del segundo corte, vio brillar el caperucita roja y, después de otros cortes, la niña saltó hacia fuera, gritando:
– Ai que medo eu tive! Como estava escuro na barriga do lobo! – ¡Ay qué miedo he tenido! ¡Cómo estaba oscuro en la barriga del lobo!
Em seguida, saiu também a vovó, ainda com vida, embora respirando com dificuldade. E Chapeuzinho Vermelho correu a buscar grandes pedras e com elas encheram a barriga do lobo. Quando este acordou e tentou fugir, as pedras pesavam tanto que deu um trambolhão e morreu. A continuación, salió también la abuela, aún con vida, aunque respirando con dificultad. Y Caperucita Roja corrió a buscar grandes piedras y con ellas llenaron la barriga del lobo. Cuando éste despertó e intentó huir, las piedras pesaban tanto que dio un golpe y murió.
Os três alegraram-se, imensamente, com isso. O caçador esfolou o lobo e levou a pele para casa; a vovó comeu o bolo e bebeu o vinho trazidos por Chapeuzinho Vermelho e logo sentiu-se completamente reanimada; enquanto isso, Chapeuzinho Vermelho dizia de si para si: “Nunca mais sairás da estrada para correr pela floresta, quando a mamãe to proibir!” Los tres se alegraron, inmensamente, con eso. El cazador desolló el lobo y se llevó la piel a casa; la abuela comió la torta y bebió el vino traído por Caperucita Roja y luego se sintió completamente reanimada; mientras tanto, Caperucita Roja decía de sí para sí: “Nunca más saldrás de la carretera para correr por el bosque, cuando la mamá lo prohiba!”

Leave a comment

Open chat
Bienvenido a Universal de Idiomas.
Si necesita información sobre nuestros cursos en línea, no dude en contactarnos.
Estamos para servirle